lunes, 24 de octubre de 2011
RE (forma)NDO EL MUNDO de Vero Glezqui -11a Propuesta-
La artista tijuanense Vero Glezqui presenta su propuesta textil el próximo lunes 31 de octubre a las 7 p.m. Una instalación con tela, hilos, pedazos de mapas del mundo y botellas recicladas de PET, nos permiten una reflexión sobre el estado actual del mundo. Así mismo Vero presentará una serie de litografías e hilo que extienden la temática propuesta. '
La cita es en el Museo Textil de Oaxaca.
CARICIAS AsombraDAS de Ornella Ridone -10a. propuesta-
Fibras en acción
el textil performático de Ornella
Desde que configuramos el TC3, plasmamos en sus bases de trabajo, explorar las posibilidades espaciales del cubo de la escalera del museo. En esta décima propuesta del programa, de manera causal y como número unificador (diez es la primera unidad de dos cifras en la progresión numérica), se cierra un proceso creativo y se abre otro.
En las nueve propuestas anteriores pudimos reconocer las diferentes cualidades artísticas de respuesta ante la dimensión cúbica del TC3 con su función de tránsito y la conexión del primer piso con el segundo del edificio. En ellas los creadores trabajaron acentuando los siguientes aspectos: el espacio en una pared; la conexión de dos paredes; la condición espacial cúbica; la unión entre los niveles de la construcción; la nexo de todo el espacio, desde el primer piso, el descanso de la escalera, su continuidad con una pared lateral, y el pasamanos. También han estado presentes el énfasis en el techo como cielo muto entre el cubo y el segundo piso, así como el tránsito como condicionante en la mirada y en ello la apreciación de la obra.
En ocho de estas aproximaciones se ha planteado la percepción de la obra en el espacio por el visitante, privilegiando la vista. La mirada ha sido la forma de participación. Sólo en una se ha incitado a una participación corporal, a través de pisar el tejido.
En CARICIAS AsombraDAS de Ornella Ridone toda aquella persona que suba hacia el segundo piso, determinadamente interactuará con la obra. En esta situación aflora el carácter de actividad de la obra y el cuerpo como vehiculo de apreciación, que al unirse connotan el tono performativo de la propuesta. La obra de Ornella propone despertar sensaciones con el textil, de manera transitoria y con ello exaltar el sentido del tacto.
En la investigación artística de Ornella desde sus inicios ha estado presente el textil. Es una creadora actual que pinta, dibuja e instala, cociendo, anudando, tejiendo y bordando. Desde su formación como antropóloga su acercamiento a las comunidades indígenas de nuestro país le permitió familiarizarse y encantarse con sus textiles; aprendió a tejer en la Sierra de Oaxaca. Después se interesó por el espacio y en él coloco diferentes tejidos, explorando la relación del cuerpo y su desplazamiento entre ellos.
Más adelante se ocupó en bordar. Primero lo hizo con alfileres, una manera única de hacerlo y luego con hilo sobre prendas usadas abiertas para ver su estructura. Siempre buscando diálogos entre el textil y el cuerpo, como también sucede en las dos obras (en la pared) aquí presentes.
En la instalación CARICIAS AsombraDAS Ornella muy acertadamente, con mucha invención, conjuga las posibilidades del espacio con el encanto textil. Al subir por la escalera, en un momento del andar, nos propone dejarnos acariciar por las diferentes calidades de las telas y recordar o imaginar lo que el cuerpo despierte en la mente.
olgaMargarita dávila
curadora
domingo, 31 de julio de 2011
Pablo Llana - 9a propuesta-
Detalle de uno de los páneles del políptico, en el que se nota la marca de las etiquetas de productos, con la que está realizada esta pieza. La técnica es una invento de Pablo, le ha llamado pepenado por la similitud con la realización de las piezas textiles de San Pablo Tijaltepec. Son tiras de plástico plisado y luego cubierto de resina.
Huipil Fronterizo, pieza realizada con envolturas de porductos que una familia de Tijuana consumió en dos meses. Tamaño 2.50 x 2.82 mts. año 2011.
El trabajo del tijuanense Pablo Llana se nutre de la fuerza del oxímoron. De la figura retórica en la que se armonizan dos conceptos opuestos. De aquí su inquietante energía. De manera visual es muy atractivo y de fácil consumo. Son piezas llenas de color y formas que acarician la pupila. Al unir la visualidad con el uso del material y el título de la obra, se manifiesta un tercer nivel de apreciación, que revela el sentido conceptual y es entonces que se hace evidente la plena intencionalidad de su obra.
Veamos las piezas Huipil Fronterizo y Oaxaca desde acá, y comprendamos sus niveles. De entrada los títulos son extraños. ¿Cómo? ¿Qué no el huipil es del sur de México, o también se usa esta prenda en el norte? Con el título pareciera que Oaxaca esta en el norte, y no es así ¿o si? Aunque con tantos migrantes que han llegado a Baja California, que ya hay un Oaxaca en el norte.
Pablo enfoca a Oaxaca con Tijuana por sus lazos de identidad e interdependencia. Con un sesgo de ironía declara el lugar de uno en el otro y viceversa, poder pensar en algo así: ¿Cómo sería un huipil de la etnia de los tijuanos? o ¿Cómo serían algunos bordados en las manos de un tijuanense?
El huipil de Pablo es una pieza redonda, de expresión artística íntegra, en la que los sentidos manuales, materiales, visuales, críticos y sociales, están bien unidos. Está realizado con una trama de malla de gallinero, propia del lugar en el que crecen los "pollos", apelativo que se usa para las personas que cruzan a indocumentados a los Estados Unidos de Norteamérica, y una urdimbre hecha con los restos de productos comestibles de consumo masivo, etiquetas y envolturas de alimentos con valores nutrimentales altos en grasas y carbohidratos. Es una prenda fuerte, flexible y no fácil de portar, como lo es la frontera.
La obra bien cimentada en la forma y los materiales, junto con el título, apunta en uno de sus sentido conceptuales hacia la reflexión política. Agudamente indica las erizadas condiciones migratorias y económicas de trabajo entre el sur y el norte de los hemisferios americanos, en la situación global. En ellos, como un ejemplo, la mano de obra del sur, que va al estado de California EUA en gran medida desde Oaxaca, es mal pagada para quienes la realizan y con sobre ganancia para quienes la cobran en los mercados internacionales. La pieza alude a esta condición y conecta a estas ciudades, siendo Oaxaca un origen y Tijuana un espacio de tránsito, o de estancia por remanente, en este imbricado conflicto de intereses socio-económicos.
Al estar realizando el tejido con desechos de productos “truco”, porque cuestan carísimos en relación a la cantidad en volumen y de nutrición que aportan, enfatiza el quid de la obra: reciclar sentidos. Al re-utilizar estos materiales de productos de mentiras, propios del sistema post capitalista, acciona la capacidad conceptual de trascendencia. Al someter repetidamente una materia a otro ciclo de uso, incrementa los efectos de este, para así poder dislocarlo. Logra ir más allá de la gran mascarada de la estructura en la que vivimos, en la que hay una estrategia del dedo que se juega en la boca, en la que se dan muchas cáscaras y pocas nueces, en la que está llena de superficie-banalidad vs. claridad-esencia.
Huipil fronterizo en su lectura completa conlleva al valor de la astucia. Poco a poco, al ir uniendo los elementos que maneja, podemos develar y en ello asimilar la habilidad para evitar el engaño del sistema. La estrategia utilizada por Pablo es un juego con el ardid y el reuso; con una apariencia agradable, atractiva que embelesa, y la agudeza de ideas, nos brindan un sentido profundo de la existencia en los actuales rumbos del mundo. Con la maniobra de la inflexión, propia de la sociabilidad transfronteriza de Tijuana, hace evidente las capacidades y bondades en la relación SUR-NORTE.
Este mismo principio de perspicacia lo utiliza en la pieza Oaxaca desde acá. Un políptico realizado con el desecho de dulces y comida “chatarra”. Envolturas y papeles colocados a manera de la puntada de pepenado, siguiendo como patrón la imagen de bordados de diferentes huipiles oaxaqueños. De primer golpe visual, fascina el delicioso colorido y su plasticidad. Parecen como de azúcar cristalizada y al mirarlos se formula la provocación sensorial de un manjar suculento, se nos hacen “agua los ojos”. Pasado el rush de los sentidos, sigamos con la comprensión total de la obra.
Estos bordados contemporáneos, son emblemas de un doble mensaje; son una emulación yuxtapuesta, es decir, son copias de las formas del textil oaxaqueño hecho con materiales de desecho -¡qué mas fronterizo!-.
En el mensaje de ida, desde una lectura ortodoxa, se malinterpretarían como una mofa a la tradición y una falta de conocimiento y en ello de respeto, al proceso social-cultural de quienes a través de cientos de años han conformado un lenguaje textil. Desde otro alcance, el de vuelta, con una óptica actual, son una adecuada apropiación, muy inventiva y de revalorización.
Sin duda la segunda aproximación es más atractiva. Después de todo lo que hemos pasado como sociedad actual trastocada (en ideales) por el vuelco de la postmodernidad y los momentos paralelos en las “periferias” de tardo-retro modernidad, ¿cómo poder pensar en una condición cultural purista?
Con una concepción tijuanera, de una cultura de escasos 120 años, más con una intensidad de vida, una velocidad temporal de alcances, penetración y vibración máxima, la propuesta del políptico es de estudio, asimilación y provocación.
Pablo visitó Oaxaca hace unos meses, porque participó en la VI Bienal Internacional de Arte Textil Contemporáneo, y desde el aprendizaje, exploró sus texturas y expresiones culturales, y como casi todos lo que llegamos a Oaxaca por primera vez, se asombró. Adquirió textiles y objetos, así empezó a estudiar sus etnias y regiones. Se conectó y tomó fragmentos de algunos textiles, para a manera de composiciones pictóricas traducirlos a su propia cultura, a la de la transformación y el reuso de los materiales. Con ello le imprime a las formas textiles, otro carácter y sentido, ampliando su sentido de comunidad. Al re-trabajarlos con otro material, les advierte una identidad mayor.
Cuando Pablo regresó del sur a Tijuana, me dijo: “Wow ¡cuantas culturas¡ ¿y todas son Oaxaca?” Si, todos en algún momento de nuestra asimilación oaxaqueña hemos pasado por esas frases, nos hemos dado cuenta de las lejanías entre los Zapotecos del Istmo y los de la Mixteca y entre éstos y los Mixes, o los Triques; pero creo que no muchos, en lo personal, habían llegado a dilucidar y en ello a expresar, lo que Pablo vio e hizo como formas de unión en el estado. Y lo dice sencillo, en la factura de su bordados, hechos con los productos transnacionales, como Coca-Cola, Sabritas, Bimbo o los dulces Hershey´s, pues en ellos hay una identidad común.
Y es que al viajar por Oaxaca (como por muchas partes del mundo), encontramos en casi todas las tienditas de abarrotes, por más alejadas y enclavadas en la sierra que estén, el nuevo imperio del consumo global. Duro, pero así es. Así también vemos en las comunidades y a través de todo el estado de Oaxaca (a diferencia de muchas partes del mundo) comales, metates, milpas, tamales y tortillas.
Observemos y pensemos más allá. Oaxaca desde acá es también una manera de desemblematizar a Coca-Cola y otros imperios mercantiles; al estar hecho el políptico con materiales reciclados de éstos productos, sobre las imágenes de cuatro textiles de Oaxaca, le restan el valor de sometimiento y explotación, porque le imprimen un valor estético, realizado por la tradición. Y dejan de ser un anuncio de consumo para ser objeto de belleza y conciencia.
Si, que única y bonita es Oaxaca unida con Tijuana
olgaMargarita dávila -curadora
lunes, 11 de julio de 2011
Invitación a la presentación de Pablo Llana
El trabajo del artista tijuanense Pablo Llana se nutre de la fuerza del oxímoron. De la figura retórica en la que se armonizan dos conceptos opuestos. De aquí su inquietante energía. De manera visual es muy atractivo y de fácil consumo. Son piezas llenas de color y formas que acarician la pupila. Al unir la visualidad con el uso del material y el título de la obra, se manifiesta un tercer nivel de apreciación, que revela el sentido conceptual y es entonces que se hace evidente la plena intencionalidad del su obra.
Pablo visitó Oaxaca hace unos meses, porque participó en la Bienal Textil, desde el enfoque del aprendizaje exploro sus texturas y expresiones culturales, y como casi todos lo que llegan a Oaxaca por primera vez, se asombró. Adquirió textiles y objetos, también empezó a estudiar sus etnias y regiones. Se conecto con sus bordados y tejidos y tomo fragmentos de algunos textiles para a manera de composiciones pictóricas traducirlos a su propia cultura, a la de la transformación y el reuso de los materiales. Con el desecho de dulces y comida “chatarra” tejió un huipil. Y con envolturas y papeles colocados a manera de la puntada de pepenado, siguiendo como patrón la imagen de bordados de diferentes huipiles oaxaqueños, hizo bordados contemporáneos. Con esta manera de trabajar las imágenes le imprime a las formas textiles, otro carácter y sentido, ampliando su sentido de comunidad. Al re-trabajarlos con otro material, les advierte una identidad mayor.
Mónica Leyva - 8a propuesta
Fervor de vida: textiles que crecen
Mónica Leyva es de Gauadalajara, Jalisco. Es comunicóloga de formación académica y artista de corazón. Aunque de pequeña su abuela le enseño a tejer, fue a partir de un curso que tomó en Londres, en City Lit en el área de bordados experimentales, que comenzó a trabajar con ese medio y a reconocerse como artista. De regreso a México creó piezas que contenían la imagen religiosa de la Virgen de Guadalupe, mismas que regaló como “bendiciones”.
A partir de su proceso de investigación expresiva con las fibras y su manera de aplicarlas, junto con su interés temático, fue que desarrolló un collage textil, con hilos, lana, aplicaciones, papel y plástico.
Durante un tiempo, en estas piezas predominó la narrativa de la imagen del corazón, como símbolo religioso y de la entrega amorosa en la cultura popular. El destino de estas piezas dejó de ser una dádiva, pasando poco a poco a ser objetos de intercambio económico, así como del interés del circuito de las contemporaneidades visuales.
Poco a poco se alejó de las imágenes votivas, para seguir hacia la representación de su alrededor en retratos de amigos, paisajes y objetos cotidianos. Después se le presentó el sentido de abstracción en el que interviene y desarticula un guante, encontrando y dejando como impacto estético, el valor puro del material, la esencia del textil, las fibras.
A partir de 2004 desarrolla el textil en la tercera dimensión. Realiza intervenciones para sitio específico e instalaciones para museos y galerías. Lejos de la narrativa figurativa, acerca y provoca al espectador hacia la experiencia pura del material, a dejarse estar entre hilos, tela y fibras.
Es siguiendo su ímpetu natural, escuchando su interior, asunto muy natural en Mónica, que se le presenta su gran otro paso, en su andar-arte: el textil vivo. Como la pieza estaría en el exterior, a la intemperie, y le llovería, recordando su infancia, las clases de biología y con la intención de hacer que la pieza estuviera viva, en el interior le coloco semillas. Así se da que el textil germine y con ello las fibras de la naciente planta, se entremezclan con las fibras de algodón o lana y nos permiten recordarnos desde otro lugar: que nosotros somos un textil. Es decir, somos tejido que camina, textiles vivos, en constante transformación.
ARA a San Isidro es la primera pieza que Mónica exhibe en Oaxaca. En ella combina su trayectoria. Presenta un gran lienzo collage con la imagen de San Isidro Labrador y un objeto intervenido hacia la germinación.
En marzo de este año Mónica hizo un viaje a Oaxaca para preparar su pieza para el TC3, tenía que ver el espacio, sentir el clima y conseguir hilos de lana para la obra. En esa ocasión conoció a Beto Ruiz, artista y tejedor contemporáneo de Teotitlán del Valle, quien le contó la historia familiar en relación al cultivo del campo, con una relación muy intensa con San Isidro, patrono de la agricultura.
De vuelta a Guadalajara, conmovida por la historia de la familia de Beto e inquieta por las crisis sociales por las que transitamos actualmente en el mundo, en las que las cuestiones de trabajo, el sistema capitalista y su explotación en la producción de alimentos, su calidad y los transgénicos, nos traen de cabeza, se propuso realizar un comentario muy a su manera: entusiasta, colorida, fibrosa y viva.
Es así que la pieza presente en esta octava propuesta del Cubo Textil Contemporáneo, nos convidan a disfrutar de un San Isidro actual, hecho con parches de diferentes telas, como comentario de reciclaje, y con bordados libres, fuera del canon de repetición inflexible, que nos alinea y aprisiona la mirada en una sola forma de ver. El bordado de Mónica es abierto, libre, sencillo y ordenado de otra manera respecto al tradicional. Quizá nos transmita agitación y de entrada no nos agrade, esto quizá porque mueve nuestro sentir hacia lo que conocemos, el bordado tradicional que tiene otros lineamientos estéticos. Pero si miramos con atención, reconoceremos equilibrio en la composición, orden en el acomodo de los elementos, riqueza en los materiales y un colorido amable y agradable a la vista.
De igual manera el Machete Germinado, la otra parte del TC3, que completa la participación de Mónica, nos invita a pensar, ¿Qué es esto?, ¿Es esto un textil?, ¿Por qué es arte? Y como pistas, les acerco algunas ideas como punto de partida, para que se respondan, si es que se hicieron estas preguntas. Un machete es una herramienta para trabajar el campo, para abrir camino. El textil es un entramado de fibras. El arte es un sistema de conocimiento para provocar en quien lo aprecia inquietud, deseo, apreciación, transformación y conciencia.
Para mí, en mi apreciación y disfrute, el TC3 de Mónica es una muy buena combinación de religiosidad, conciencia crítica social y agradables estímulos visuales. Propositivo en sus ideas sobre el textil y el arte contemporáneo, ya que nos acerca a ambos de una manera viva. Nos agita, un poco, asunto que nos permite quitarnos ideas fijas, nos airea y ventila viejos conceptos, para atraparnos en un brote orgánico, hacia la esperanza y la devoción por lo vital, la tierra, la lluvia, las fibra, el trabajo, las tradiciones y la fe, que unidos nos dan alimento y cobijo.
olgaMargarita dávila – curadora
martes, 3 de mayo de 2011
miércoles, 6 de abril de 2011
7a propuesta Xavery Wolski
No hay cielo sin un Dios
Alaska
El cubo como Re-ligare
En esta séptima propuesta en el TC3 el artista Xavery Wolski aprovecha el espacio aéreo que contiene el cubo (de la escalera) para disponer su intervención. Se vale de la suspensión, como herramienta central de la pieza. Esta conlleva a la levedad, al movimiento y al aire como dispositivos a interactuar con nuestra percepción de la obra. Wolski nos propone mirar los tejidos hexagonales -formas arquetípicas, que bien se conectan a los objetos hechos por los Coras, también recubiertas con hilo- para estimular los sentidos y para que en este impacto estético nos sacudamos desde adentro y se nos despierte el alma, conectándonos con nuestro cielo para elevar una oración y quizá pedir por que cese toda la barbarie en la que estamos viviendo.
Con un lenguaje artístico plenamente abstracto en el que la forma y el color son los elementos sensuales de comunicación y con el título Un cielo para cada uno, como su liga conceptual – temática, es que podemos comentar que esta obra es como un altar a la libertad de creencias (ya que no hay imágenes reconocibles), en el que se despliegan plegarias, que flotan como los deseos murmurados por cada uno de nosotros.
Xavery cuidadosamente amarró el hilo, lo tejió sobre las estructuras hexagonales de alambre en tres tamaños diferentes. Hizo de cada una de ellas un objeto único, uno para cada uno de nosotros. Algunas son de color negro, otras morado, otras son la combinación de los anteriores, y unas más intercalan el naranja, verde, rosa, rojo, y blanco. En la disposición de los objetos en el espacio del cubo podemos darnos cuenta que hizo de ellos dos grupos. Si percibimos con atención, podemos apreciar, utilizando la figura de espejo, que uno de los grupos es el reflejo del descanso de la escalera y el otro el de las escaleras. Acertada figura poética, Lo que es arriba es abajo. Dado que el espacio en el que esta colocada la obra es en esencia de su función transitable, el significado total de la obra, es la vinculación cielo-tierra, es decir no hay una fuerza superior, una inmensidad universal, un Dios; si no hay un humano, un creyente, un ser vivo, que lo reconozca y que le de sentido en su cotidiano andar, en sus pensamientos e intenciones de anhelo, fe y transformación. Es por ello que en esta ocasión, en el Cubo Textil Contemporáneo, podemos arrobarnos y religarnos con aquello que dignificamos, creemos, y hacer una oración con ello.
olgaMargarita dávila – curadora